jueves, 12 de junio de 2014

Mujer sé auténtica

Otra editorial de Revista Amiga, esta del mes de enero de 2014:

Hoy como nunca, la sociedad necesita de mujeres auténticas, congruentes con su naturaleza y con su pensamiento, que sean, no sólo fuente de inspiración, sino cómplices (co-operadoras) en la construcción del futuro mismo de la sociedad.
En un escrito anterior (Editorial “Sé feliz, sé autentica” del mes de octubre de 2013) señalábamos que la
autenticidad tiene que ver con la verdad, con ajustar nuestras acciones a nuestros pensamientos esclarecidos por valores auténticos. Hoy queremos enfatizar que la autenticidad también tiene que ver con ajustar nuestros pensamientos y acciones con lo que somos, con nuestra naturaleza, con nuestra esencia como personas.
La igualdad entre hombre y mujer está en nuestra esencia como personas, sin embargo es evidente que hay diferencias funcionales, orgánicas y psicológicas, que implican una distinción de complementariedad, de tal manera que la igualdad entre ambos sexos no es absoluta, como tampoco su diferencia es de oposición absoluta. Somos iguales pero diferentes y por ello complementarios.
Como mujeres, debemos entender que nuestra naturaleza nos concede prerrogativas, que a los hombres no; esos privilegios a su vez demandan respuestas específicas que nos corresponden inevitablemente. El ejemplo más obvio de esto es la maternidad.
En nuestra sociedad de consumo, en la que producir económicamente es condición casi de supervivencia, el papel de ser madre se ha visto minimizado, si no es que francamente desplazado por otros roles, como el de ser profesionistas o empresarias, con lo cual la mujer se tiene que desdoblar en muchas actividades.
Afortunadamente la capacidad intelectual y la fortaleza propias de la mujer le permiten en muchos casos asumir con éxito estos retos, pero en muchos casos más la renuncia forzada o voluntaria de la mujer a su papel de madre y educadora ha significado la decadencia de la institución familiar. La responsabilidad es compartida entre hombres y mujeres, los dos forman parte de la ecuación y si uno de los dos abandona, la familia sufre por igual.
En nuestra opinión, el papel de madres es el rol fundamental de la mujer, aunque no el único. Es fundamental porque es el fundamento, la base sólida sobre la que debe construirse una sociedad fuerte. La especie sólo puede sobrevivir por las mujeres que se entregan a ser madres y la mujer alcanza plenitud y es congruente con su naturaleza sólo cuando asume su compromiso como madre.
En esta edición presentamos a un grupo de mujeres que han logrado equilibrar todos sus roles con éxito, siendo congruentes con sus valores y su naturaleza, siendo auténticas.

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