miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Qué nos motiva?


Todo agente obra por un fin, esta es la verdad ontológica que explica fundamentalmente la motivación humana.
En términos filosóficos, el fin o la finalidad es lo primero que el agente determina, aunque es lo último que consigue o logra, en otras palabras, nos mueve a actuar lo que hemos fijado como meta de nuestra acción.
En términos del multinivel, primero hay que soñar, para alimentar nuestra acción que nos lleve a convertir esos sueños en realidad.
En términos financieros, primero hay que determinar el nivel de rentabilidad y la utilidad, para establecer las estrategias empresariales que nos den las ganancias que deseamos.
Y así, la forma de decir la misma verdad se puede multiplicar a la “n” de acuerdo al quehacer que nos ocupe, sin embargo subyace el hecho de que es el fin el que determina qué hay que hacer.
Ahora bien, siendo el hombre un ser contingente, limitado en el tiempo y en el espacio, su finalidad, sin embargo, es extratemporal, de cierta manera es infinita, eterna. Y la razón está en que el hombre se constituye de cuerpo y espíritu, lo que lo eleva sobre la mera finalidad material.
En otras palabras, lo que mueve al hombre no es el mero deseo de cosas limitadas y caducas, sino que primordialmente es motivado por el ser, por el bien, por la verdad, por la unidad, por la belleza, donde quiera que estos principios sean identificados.
Más que alimento, el hombre busca permanecer en el ser; más que reconocimiento, el hombre busca hacer el bien; más que realización personal, el hombre busca la verdad; la necesidad de seguridad es un reflejo de la necesidad de unidad, de armonía; su afán de trascender es su necesidad de ser plenamente.
Me parece que los sistemas que explican la motivación, como la piramide de Maslow y los otros que ampliamente se exponen en esta edición de Stratego, reflejan diferentes tipos de bienes que motivan a la persona a obrar. Pero notemos que se trata de bienes, con lo cual queda en pie nuestro argumento: lo que nos motiva es el ser, el bien, la verdad, la belleza.
Aún así, es útil entender los diferentes sistemas prácticos que se han ido generando para tratar de entender que bienes pueden jugar el papel de fines para en base a ello establecer mecanismo de motivación para las personas, sin perder de vista que el ser humano en su libertad está determinado hacia el bien, es decir, aunque desde el punto de vista intelectual puede equivocarse en cuanto a qué es el bien, su voluntad siempre estará queriendo el bien. En todo lo que hacemos buscamos el bien, aunque en la práctica obremos el mal, por error o por vicio. 

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